La Narradora

Relatos y artículos por Yolanda Sala


Deja un comentario

SOBRE EL MUNDIAL DE FÚTBOL

Saludos gente extranjera. Lamentamos interrumpir tu celebración, pero dadas las circunstancias necesitamos que comprendas el contexto real de la Copa del Mundo de fútbol que vienes a ver. Sólo queremos que estés al tanto de informaciones que el gobierno de Brasil y tu agencia de viajes muy probablemente no te dijeron.

La Copa del Mundo asignada a nuestro país por la FIFA tuvo un gasto, hasta el momento en que esta carta es escrita, de 25 mil 600 millones de reales, que vendrían a ser 11 mil 500 millones de dólares. De esta cantidad, más del 83 % proviene de las arcas públicas, dinero de los impuestos de la gente común. El salario mínimo en Brasil es de 724 reales por mes ($ 325), las entradas para los juegos pueden llegar a casi un millar de dólares, así que el trabajador brasileño paga por un evento al que no puede asistir. Según una encuesta reciente, el 75,8 % de los brasileños se han mostrado contrarios a las inversiones realizadas para esta Copa del Mundo.

Nuestro país aún tiene 3,7 millones de niños y adolescentes fuera de la educación formal y un índice de casi 10 % de analfabetismo según la UNESCO. Cómo si tales deficiencias educativas no fuesen suficientes, el gobierno impuso suspensión de actividades escolares durante el Mundial. Vivimos en un país donde más de 242 mil familias no tienen electricidad, por no hablar de la salud pública que aún está lejos de ser aceptable, a pesar de lo cual el ídolo del fútbol Ronaldinho publicamente se atreve a decir que «Con hospitales no se hace la Copa del Mundo».

Hoy vivimos una situación económica muy difícil, donde la población soporta una de las cargas de impuestos más altas del mundo; sin embargo, casi el 50% de nuestro PIB está siendo utilizado para pagar una deuda pública absurda mientras el pueblo pasa hambre, o sea, casi la mitad de la riqueza que producimos se va directamente a los bolsillos de unos pocos banqueros; además, también se pierde una gran cantidad por la corrupción y la mala gestión de los fondos públicos.

El gasto excesivo en la Copa del Mundo es solo la punta de este iceberg. En nombre de la Copa, se violaron muchos derechos civiles, un hecho para nada inusual en un país en el que tenemos una policía altamente militarizada, que ya incluso ha sido criticada por organismos internacionales tales como Amnistía Internacional y la propia ONU, la cual hizo una recomendación para suprimir la PM (policía militar brasileña). Las comunidades cercanas a los estadios padecerán un cerco policial ostensivo y truculento, incluyendo la presencia del ejército, no para garantizar la seguridad de quienes allí habitan, sino la de ustedes, los turistas, como ya es el caso en el Complexo da Maré [en Rio de Janeiro], que hace semanas está ocupado por el ejército, la marina y la PM, con más de 2500 hombres. El derecho a la vivienda tampoco quedó fuera de la mira del gobierno y de la FIFA, miles de familias han sido desplazadas debido al evento, incluyendo a las familias indígenas de Aldeia Maracanã [tambien en RJ], que a pesar de la resistencia, fueron desalojados violentamente.

En el régimen «democrático» en el que vivimos, tampoco es novedad para nosotros padecer esta injerencia militar, lo que ya ha ocurrido con el ejército como fuerza represiva que ocupa el lugar de construcción de una central hidroeléctrica en el corazón de la Amazonia (Belo Monte), para evitar la protesta de los pueblos originarios y las comunidades locales afectadas por la represa. Por otra parte, a causa de la presión para construir los estadios a tiempo para la Copa Mundial, más de una docena de trabajadores murieron en las obras de construcción.

Aparte de todos estos problemas, la prostitución infantil en el país sigue siendo una realidad que afecta a cerca de 500.000 menores de edad de acuerdo con el Foro Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil. Este escenario será potencialmente agravado por la celebración de la Copa.

Muchos de nosotros estamos indignados y hemos tomado las calles en protesta, pero el gobierno -respaldado por los grandes medios de difusión- trata de ocultar y disimular todo lo aquí denunciado, a la vez que criminaliza las manifestaciones y nos reprime con su aparato militar, con saldo de violaciones de los derechos humanos denunciadas por ONG’s y organismos internacionales.

El Estado y las burocracias partidistas que lo gestionan no atienden y nunca atenderán como es debido a las demandas populares. Si necesitamos de asistencia sanitaria, educación, vivienda, trabajo tendremos que lograrlo a través de nuestra unidad y lucha.

Recibe esta carta como una solicitud de apoyo. Comparte esta información con la mayor cantidad de gente posible, ayudándonos a mostrar al mundo una realidad que el gobierno, la FIFA y los patrocinadores de la Copa a toda costa tratan de ocultar.

Colectivos y personas anarquistas de Brasil
Original en portugués en http://i-f-a.org/index.php/es/; traducido por la redacción de El Libertario
Fuente: http://periodicoellibertario.blogspot.com.es/2014/06/carta-abierta-anarquista-quienes-viajan.html

 

Tags: Mundial  FIFA

 


Deja un comentario

La Coprolalia y el Español

La Coprolalia y el Español

Coprolalia :
Uso involuntario de lenguaje vulgar u obsceno; se observa en algunos casos de esquizofrenia y en el síndrome de Tourette.
A comienzos de los años ochenta comencé a notar entre amigas muy queridas, de vestir y hablar fino y elegante, la tendencia a soltar una que otra palabrota que me causaba una molesta sorpresa. Luego me fui percatando de que este tic se convertía en la forma habitual de comunicación  entre adolescentes   (v.gr; el ‘-ta que…, el ‘che su ’ y el “ya pe ‘on ”) y me empecé a preguntar por qué ocurría este fenómeno cuando en los años sesenta y en los setenta el lenguaje soez sólo lo usaban los hombres cuando estaban sólo entre ellos – como muestra de su machismo -, los hampones y los policías asociados cotidianamente con ellos por su trabajo.

Pero conforme se fue agravando la situación social, económica y cultural en el Perú creo que todos los peruanos nos volvimos gradualmente coprolálicos. Creo que la coprolalia como desorden siconeurótico, causado por algún trauma, está directamente vinculado con la vergonzante sordidez que caracteriza cada vez más a nuestra sociedad porque es forzada a asumir un papel que no le corresponde pero que le imponen las transnacionales que dirigen hoy el globo y la globalización.

Y si son los jóvenes los primeros en volverse coprolálicos es posiblemente porque ellos son precisamente los más afectados: SU futuro es el que está siendo asesinado mientras todos presenciamos impasibles este crimen. Después de todo, los que nacimos antes de 1980 hemos tenido jornadas de trabajo de 8 horas diarias, seguro social, licencias por enfermedad, pago de horas extras, sindicatos que nos defendían, vacaciones pagadas, estabilidad laboral y considerábamos que el trabajo infantil y la esclavitud eran horrores del siglo XIX. En cambio los jóvenes hoy …

Comentaba con mi colega alemán Konrad Borst la desesperanza galopante que hoy percibimos en los peruanos, antes gentes alegres, simpáticas, reilonas que hasta cuando alan garcía (así, en minúsculas) destruyó nuestro país, entre apagones y bombas podían contarse un buen chiste, que siempre estaban dispuestas a celebrar y a festejar la vida y la amistad (recuerden si no las fiestas ‘de toque a toque’ durante la dictadura militar) pero que hoy ya perdieron la esperanza de que sus hijos tengan un futuro decente en nuestro país y poco a poco remplazan con el rictus del estrés y el pesimismo, las alegres líneas de la sonrisa y de la carcajada.

Comparábamos el fenómeno con lo que sucede en otras partes del globo y concluí en que los latinoamericanos y por mucho tiempo (en gran parte gracias a las ONGs) creímos que había esperanza de mejorar y que nuestros hijos tendrían un futuro viable en nuestros países. Después de todo en algún sitio leí que “hace 500 años que América Latina tiene un gran futuro”.

Los africanos, más sabios y experimentados que nosotros, ya sufrieron en carne propia la explotación radical: El primer mundo les robó y agotó todos sus recursos, los dejó sin comida, sin educación, con SIDA y sin esperanza. Entonces los africanos se dedicaron a estirar la mano y mendigar mientras su esperanza de vida se reduce a grandes trancos y se les considera oficialmente el ‘continente perdido’.

Los habitantes de la India, todavía más sabios que los africanos, comprendieron que el juego de Inglaterra y las otras potencias había consistido en enfrentar a los pobres entre sí mientras los explotaban y los saqueaban a todos por igual; comprendieron que estirar la mano tampoco sirve de nada y optan por la autodestrucción.

El resultado que el primer mundo espera es lógicamente que lo dejen dueño de los recursos ecológicos que tanto exigen que cuidemos para ellos, pero adecuadamente despoblados para evitarles mayores inversiones en matanzas, bombardeos y ‘no-guerras’.

Al fin de cuentas esta probable guerra nuclear o suicidio masivo a los Indios quizás no les resulte tan atroz, ellos creen en la reencarnación, pero los que no creemos en nada estamos jodidos.

Y como pueden apreciar yo misma compruebo que esta enorme desazón, esta injusticia social tan agravante e insolente me sume en un pozo de angustia y lo primero que brota de mis labios es esa tremenda lisura.

¡Cómo será la patología de grave que ahora casi todas las mujeres incluyen varias lisuras en cada frase que pronuncian, cuando –según los siquiatras- la coprolalia es un problema tres o cuatro veces más frecuente en los hombres!

Porque una cosa es decir una buena lisura en el contexto y en el momento precisos y otra muy distinta es usarla en forma compulsiva y casi permanente.

El primer caso lo ejemplifica deliciosamente mi entrañable Ricardo Palma, que tímidamente ocultó por muchos años sus Tradiciones en Salsa Verde y quien al enviarlas a su amigo Carlos Basadre le dice: “le mando mis Tradiciones en Salsa Verde, confiando en que tendrá usted la discreción de no consentir que sean leídas por gente mojigata, que se escandaliza no con las acciones malas sino con las palabras crudas. La moral no reside en la epidermis.

Mil cordialidades. Su viejo amigo

El Tradicionalista

Lima, Febrero de 1904”

 

Haz clic para acceder a Palma_Ricardo-Tradiciones%20en%20Salsa%20Verde.pdf

Y recuerdo que en mi infancia, cuando mis padres salían y me quedaba sola en casa con mi abuelita, los temores de la noche me impedían dormir y mi abuelita Julia con su lamparita de noche prendida y sus risitas apagadas me invitaban cálidamente a refugiarme en su cuarto. Cuando echada entre ella y su libro yo fingía dormir, en verdad lo que hacía era leer estas traviesas tradiciones que por ello tienen para mí un doble valor: literario y sentimental.

Y por eso les recomiendo leer esa pícara Tradición

Otra cosa es la lisura en la obra de Arturo Pérez Reverte, otro de mis autores preferidos. Disfruté de su epopeya histórica y trágico-cómica La Sombra del Águila y de sus magistrales novelas La Tabla de Flandes, La Piel del Tambor, el Club Dumas y el Maestro de Esgrima, un poco menos me gustaron Alatriste y sus secuelas, aunque no dejo de reconocer en ellas un acucioso trabajo de investigación histórica y un sentido genuino de la aventura.

Sin embargo cuando empecé a leer Patente de Corso me sentí culturalmente golpeada por la procacidad de su lenguaje. Leyendo bien sus escritos comprendí que Arturo Pérez Reverte también ha sido afectado por el trauma de la violencia, de la injusticia y la muerte que ha presenciado tantos años como corresponsal de guerra. Por eso lo disculpé, poco a poco fui disfrutando sus exabruptos y sus lisuras me ha hecho reír a gritos – lo cual le agradezco mucho – y por si fuera poco con un texto magistral me ha educado en el uso y comprensión del terminejo que también Palma menciona: los cojones. Por eso se los presento, como un homenaje a grandes autores, con sensibilidad suficiente para amar y sufrir con sus pueblos. Si el uno rescata sus lisuras para la historia, el otro es genial aunque sea coprolálico.

http://www.prisaediciones.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200804/primeras-paginas-patente-corso.pdf (sugiero leerlos todos pero los que atañen al tema y la terminología provocadora están en las pags 472 y 527

Después de Patente de Corso no me queda más remedio que leer el provocativo libro Con Ánimo de Ofender de este gran autor español.

Y ¿qué haremos con la coprolalia? Como dice el refrán: Muerto el Perro se Acaba la Rabia.

Yolanda Sala                                                                                                                                                                Bélgica setiembre 2002


Deja un comentario

Las marineras peruanas – evocaciones

LA MARINERA

DANZA NACIONAL DEL PERU

La marinera es baile de amor, de conquista, de pareja. En las distintas regiones del Perú se baila con poesía imitando a la naturaleza en el juego amoroso de distintos animales. En la zona más norteña se le llama TONDERO y evoca el cortejo del gallo y la gallina. La china chola y su cholo lo bailan con el pie al suelo y es un primor verla a ella con su estola de hilo fino, desplegándola cual alas en torno a su conquistador que imita con pies muy ágiles al gallo con su espolón.

Bajando de Piura, en Trujillo, la marinera se viste de encajes y de finas jipi japas. Ella se viste de reina toda blondas, toda plata y sin zapatos. Él calza botas de cuero, un blanco sombrero de paja y un fino poncho de lino. Al galope o al amblar imita el paso de ese sueño hecho realidad: el bello caballo de paso peruano. Con su sombrero oculta el pícaro robo de un beso a su pareja mientras ella con sus pies levanta polvo de estrellas. Es un baile que sale del campo y entra por la puerta grande a los salones del norte.

Al sur de Lima la marinera se tiñe de negra sensualidad y requiebro. En Ica, Nazca y en Chincha el baile de conquista se embellece con el ritmo negro peruano. Se ondulan cadera y hombros, se recorta la distancia y con pie al suelo o zapatos se sacan chispas del suelo.

En la sierra la marinera se sonroja y se vuelve más ingenua, tímida y elegante, se vuelve muy detallosa y se baila con botitas y mantones. El hombre usa chaleco, terno, sombrero y hasta mantón de Manila para enamorar con mucha delicadeza a la mujer con quien baila. Suele rematarse en una fuga de huayno.

Pero cuando la marinera entra a Lima recupera su insolencia, se vuelve atrevida y se baila de dos formas: la marinera de Lima, de salón, con tacos altos y con hombres elegantes. Es el cortejo del gallo y la gallina en muy pocos metros de espacio. El pañuelo desafía, el traje corto ceñido ensalza las pantorrillas y el hombre en traje de calle hace requiebros y galas.

En cambio la popular es la marinera de barrio. La que comienza espontánea, cuando alguien con un cajón de madera en una esquina, una entusiasta guitarra, una cajita con tapa y alguno con las cucharas, improvisan una orquesta. Y van saliendo a bailar los vecinos y no falta un galán que desafíe a una moza y ésta es mi favorita: la marinera de barrio, la marinera de Lima.

En Trujillo, al norte de Lima, se celebra el campeonato nacional de marinera norteña. Emociona ver parejas provenientes de todo el país, y de las numerosas colonias de peruanos que dejaron su patria por la crisis, la inflación y el terrorismo. Participan bailarines en todas las categorías, de todas las edades, van a concursar por amor a una danza de amor.

Pero me temo que la globalización que banaliza, estandariza y denigra las expresiones culturales ya golpeó a la marinera. Me parece que hay en los campeonatos un abuso de coreografías grupales, tipo Bollywood, que en mi opinión desvirtúa la esencia de nuestra danza nacional. Me choca ver  bailar marinera a hombres con hombres y a mujeres con mujeres. La marinera es la danza de amor de una  pareja, al menos así siempre lo entendí yo. ¿O será que en esta era postmoderna la marinera se convierte en una danza de amor para swingers?

Marzo 2014